Las malformaciones congénitas en bebés son una fuente de preocupación para muchas madres y padres, y una de las malformaciones más comunes es el paladar hendido, el cual se presenta en 1 de cada 1,600 bebés, muchas veces acompañado por un labio leporino.

El paladar hendido, en términos simples, es un hueco hallado en el paladar del infante que se conecta a la nariz. Muchas veces se encuentra en la parte trasera del paladar, aunque también puede extenderse hasta el frente de este, hasta conectarse con un labio leporino. De esta manera, el paladar hendido es solamente el resultado de partes del rostro que no alcanzaron a unirse durante el período entre la semana 6 y 9 del embarazo.

¿CÓMO DETECTAR UN PALADAR HENDIDO?

Hoy en día, es posible que un médico detecte un paladar hendido desde el vientre, a través de las distintas exploraciones realizadas para evaluar al feto, tal como los ultrasonidos. Sin embargo, lo normal es que este no se note hasta que nazca el bebé, y que este sea visto por un doctor, enfermera o padre.

Después de que se haga evidente que el bebé tiene paladar hendido, se deberá referir a un grupo de especialistas médicos, como un equipo craneofacial, donde habrá especialistas como otorrinolaringólogos, pediatras, cirujanos plásticos, entre otros. Reunirse con estos profesionales de salud ayudará a trazar un plan de acción y cómo lidiar con las dificultades que presenta un paladar hendido.

CAUSAS DEL PALADAR HENDIDO

Las causas del paladar hendido no han sido determinadas con total seguridad, y se asume que es un resultado de la genética y no algo que sea causado por lo que haya hecho o no la madre. No obstante, se ha encontrado una relación entre niños con paladar hendido y consumo de alcohol o tabaco durante el embarazo, así como falta de ácido fólico, uso de medicamentos para epilepsia y esteroides, y obesidad.

PROBLEMAS DE UN PALADAR HENDIDO

Principalmente, un paladar hendido dificulta la alimentación del bebé, puede provocar impedimentos en el habla más adelante, y vuelve al infante más susceptible a infecciones de oído, problemas auditivos y en la formación de sus dientes. Estas dificultades pueden variar dependiendo de la localización de la hendidura, la profundidad y la atención que se le dé en el primer año y medio de vida del infante.

TRATAMIENTO

La corrección más prominente de un paladar hendido es a través de una cirugía que debería realizarse antes de los 18 meses, y comúnmente se lleva a cabo entre los 10 y 12 meses de edad, donde se intenta unir la separación del tejido del paladar, creando un paladar que no permita que los alimentos se escapen por el orificio y que mejore la capacidad del habla.

La operación, llamada palatoplastia, tiene una duración aproximada de 2 a 3 horas, donde se utiliza anestesia general y el infante puede volver a casa después de 1 o 2 días, sin necesidad de deshacer las puntadas, pues se disuelven por sí solas. Es probable que se empleen mangas especiales para que el bebé no pueda doblar los codos y tocar el paladar, y además, tendrá que llevar una dieta líquida por un periodo determinado.

También puede que se requiera un seguimiento a lo largo de la vida del paciente, con terapia del habla, visitas al dentista, distintos especialistas médicos y chequeos recurrentes, e incluso, se puede requerir una nueva cirugía más adelante.