El aceptar en nuestros niños conductas que para nosotros no son apropiadas, suele ser difícil y a veces hasta imposible lidiarlas. Siempre he dicho como madre que no existe una fórmula que nos ayude a erradicar rabietas o berrinches en nuestros hijos pero en mi experiencia y en lo que he podido aprender con mi hijo durante cinco años, me han dado una nueva perspectiva frente a la crianza.

Recuerdo tanto un día que mi hijo hizo su primer berrinche con tan solo 15 meses, se molestó tanto simplemente porque no lo deje hacer algo que quería de forma inmediata, se tiró al piso gritaba y yo simplemente no sabía qué hacer, pero solo pensé y dije como debo reaccionar? Lo primero que hice fue detenerme y ponerme en su lugar por un momento, preguntarme como yo funcionaría mejor ante una crisis, ¿con gritos o con presión? o ¿con palabras de calma que me ayuden a sentirme mejor?

Creo que desde ese momento vi la necesidad de ayudar a mi hijo, entendí la importancia de enseñarle a reconocer sus emociones para que pudiera autorregularlas en momentos de crisis, solo de esta forma evité que los berrinches ocurrieran con frecuencia. Creo que desde este momento inicié una serie de experimentos muy sencillos, donde haciéndolos de forma frecuente me llevaron a lograrlo, pero eso sí, manteniendo siempre la calma dentro de mí.
Es verdad que el comportamiento de nuestros hijos puede generarnos estrés y molestarnos pero si reaccionamos de mala manera las cosas empeorarán y generarán en ellos más rebeldía.

Qué hacer entonces?

1. Lo primero, es llevar al niño a un estado de calma y tranquilidad para poder canalizar su emoción.
2. Cuando está enojado trato de distraerlo de aquello que le está generando estrés en ese momento, tal vez con sonidos o canciones, palabras que lo relajen y lo hagan pensar en otra cosa.

3. También me gusta darle una almohada o algo que pueda abrazar para que pueda apretar y sacar su enojo.
4. Después me gusta preguntarle el por qué se ha molestado, esto de forma tranquila siempre escuchándolo haciéndole ver que hay comprensión de mi parte.
5. Le explico cual es la emoción que está sintiendo, diciéndole, sé que estás enojado y es normal, entiendo que te molestes, pero no está bien que grites de esta manera, tus padres siempre estarán aquí para escucharte, pero también debes escucharnos para que entiendas por qué no siempre te podemos dejar hacer lo que quieres cuando quieras. Te amamos y siempre querremos lo mejor para ti.
6. También me gusta llevarlo frente al espejo para hacer contacto visual de forma divertida, hablarle de su comportamiento explicándole la forma correcta para actuar en momentos de molestia.
Les confieso que al principio no fue nada fácil hacerlo, pero me ha funcionado muchísimo, espero que estos sencillos consejos también funcionen con vosotros. Recuerda que es mejor no estresarnos y enfadarnos para tener mejores resultados ante la corrección y así se evitar crear un ambiente tenso en el hogar, generando mucha más confianza con los pequeños.